Las despedidas duelen. Yo no sé si  mi despedida fue tan versátil, si le puse piel o corazón a ese adiós que no quería pronunciar ni hacer. Pero sé que estuve segura que al despedirme, había tomado la mejor decisión en años. Sé que al irme, al cerrar la puerta, dije adiós a todos los planes y proyectos de futuro que una vez construimos juntos entre amaneceres y risas repletas de luz.  Me despedí sabiendo que al irme te salve la vida, te dejé ese aliento que tanto necesitabas pero dejé nuestros fuegos artificiales apagados en  unos recuerdos que estaban llenos de demasiada luz.

Sé que dejé todas mis promesas, a medio cumplir, y que al marcharme no me despedí, sé que te debo más de lo que hoy te escribo.

 Que deje cada gota de mi  mar puesta en tu piel, en tus labios, que te dejé  mi  verano lleno de armonía y jazmín secarse en el tiempo.

Que mi paz está colgando de tu ventana. 

Te voy a contar algo, algo que te encantará saber, aunque sé que no me vas a leer. 

Sigo escribiendo sin ti, sí, pero sigo escribiendo y he vuelto a sentirme en paz conmigo misma.

Siento mucho no haber sabido hacerlo de tu mano, bueno en verdad no lo siento pero si que quiero decirte que durante un tiempo me hiciste creer que el amor es más que hacerlo, es una sintonía llena de magia, de vida, de esperanza.

Que contigo he sido la más feliz de lo que en los libros dicen que se puede.

Así que gracias.

Abandoné nuestro rincón, lo sé pero al hacerlo sentí alivio, como cuando eres pequeño y respiras porque eres feliz.

Y no te voy a mentir, te echo de menos claro que te echo de menos, y lo haré en cada paso que dé sin ti. Pero si lo miras por la parte buena, estás haciendo lo que tanto soñaste con hacer conmigo algún día que era viajar por el mundo, dejándonos la vida, el aliento, y el alma. 

Así que me alegro por ti, quizás nuestro destino no era estar juntos, si no ser felices por separado haciendo las cosas que queríamos hacer cuando estábamos juntos, como alegrarte por mi cuando consiguiera algún sueño, proyecto, o meta... Y créeme cuando te digo que estoy consiguiendo muchas cosas, y aprendiendo otras tantas. Pero también me alegro por ti desde lejos, por todo lo que estas logrando, por todo lo que me estoy perdiendo, me alegro de habérmelo perdido, pero me alegro más de haberme ganado otras cosas que me aportan mucho más, y que quizás estoy segura que estando contigo no podría tenerlas o sentirlas. 

Sí, te fallé al no despedirme, pero recuerda que al irme te salve la vida.

Te salve la vida, para que hicieras todo aquello que te proponías hacer conmigo, porque te lo mereces. Te mereces todo lo que consigas, las metas, lo logros, los sueños, los proyectos gemelos que teníamos, los sueños. 

Te mereces todo lo bueno que te suceda, y recuerda brindar siempre por todo lo que se fue, y por todo lo que queda por llegar. 

Y aunque yo perdí más que tú, cada día me gano a mi misma.

Att: Una chica que escribe,

nos vemos pronto.

Con olor a Sábado. 

M. ♥