Las navidades ya no son lo mismo, desde que ella no está, ya no brilla la familia, como lo hacía antes, ya no está ese angel de la guarda, que siempre me protegía porque tenía miedo, miedo a enamorarme, miedo hacer las cosas mal. Y cada diciembre miro hacía la puerta porque pienso que algún día llegará, que ella nunca se ha ido, que siempre ha estado. Desde que se fué, ya nada ha sido lo mismo. Ni si quiera yo. Dicen que cuando una persona se va de tu vida, se lleva consigo una parte de ti, dejando una parte suya dentro de ti. Decidí ponerle al blog Diciembre porque es un mes donde termina el año, donde cada año que pasa la echo más de menos. Sigo mirando de vez en cuando ese álbum viejo, lleno de fotografías de la infancia, y me traen muchos recuerdos, pero sobre todo nostalgia de echar en falta esos momentos. La muerte de mi madre, me ha echo crecer y madurar como persona, pero sobre todo aprender los valores que un día me dieron. Todavía tengo guardado en el armario, un vestido negro con bordado blanco en la boca del pecho que era suyo, y lo utilizo para estar por casa. Todavía tiene su olor, por muchas veces que lo pongo a lavar.  Son las pequeñas cosas las cuales te dejan grandes recuerdos.