Los pies descalzos sobre la arena, las manos ardiendo, el pelo bailando con el viento, y la mente alejada del cuerpo, volando en otro cielo. Era un buen momento para deshacerse del pasado, de un equipaje que pesaba demasiado en nuestra espalda, un momento para no pensar en el futuro, para dejarse llevar, para recoger el sueño que nos regalaba el mar cada día. Y hoy te escribo desde mi playa esa que tu odias tanto porque te recuerda a mi, porque huele a mi.
Es verano el día está soleado y veo tus manos acercándose lentamente, tus ojos empiezan a brillar cómo destellos de luz que están perdidos por mi cuerpo. Ya te tengo cerca, te estás riendo en mi sofá de cuadros rojos y negros con tu sonrisa encantadora que me nubla por completo mi ser cayendo profundamente en ti. Te acercas, cada vez más hasta que tus dedos se funden en mis labios y los rayos de sol en nuestros lunares. Siento tu respiración cerca, con tu aliento deslizándose por todo mi cuerpo abriendo cada poro de piel.
''Cuida a las personas que te cuidan''
Eso me dijiste que cuidará de quien me cuide, y tu no supiste cuidarme por mucho que yo te cuidará. Acabaste por destrozar todo lo que habíamos construido, todos los sueños y amaneceres en esa cama.
Y después de un tiempo, me doy cuenta de toda la soledad que habías dejado en mi con aquella que yo misma aprendí a vivir y con la que estoy aprendiendo a vivir...
Estaba fija mirándote perdida en tu mirada, perdida en tu perfume que me atrapó completamente su olor hasta llegar a mi corazón, ese olor a caramelo tan bonito, que se fundió en mi ser haciéndome soñar.. Eras como una brisa fresca en una noche de verano después de haber llovido durante el día, donde cerraba los ojos y soñaba despierta. Tan encantador tan adorable que caía cada noche rendida a tu cuerpo, caía rendida en ti.
Coge algo de ropa mucha fuerza y un vino,
vamos a salir de esta.
Recuerdo aquel verano, en ese restaurante enfrente de mi mirándome, con dos copas de vino. Acariciaste mi mano, en el momento en el que te dije que no estaba segura, de que esto fuera a salir bien, en el momento en el que mis miedos me atraparon y se apoderaron de mi.
Cierro los ojos, noto a mi corazón palpitar lentamente mientras el aire fresco entra por la ventana de mi habitación. El sol sigue destellando por encima del cielo, mis manos tocan lentamente mi cuerpo y se dan cuenta que ya no quedan heridas abiertas por las que escribir del pasado. Es un día especial, para volver a llenar de besos mi cuerpo, y cada una de mis malditas imperfecciones. Bajo a la calle y siento que mi vida vuelve a empezar de nuevo, como si acabará de nacer. Dejo que el aire de la calle se entremezcle con mi pelo haciéndolo volar, noto al sol destellar con mucha más fuerza que la de antes. Mis palabras para ti ya se las a llevado el mar hacía dentro, han quedado olvidadas y ya no quiero escribir sobre el pasado. Siento ese aire fresco, en una noche de verano impactando sobre mi cuerpo y es tan acogedor y agradable que dejo que descubra todos mis miedos que hay dentro de mi.
Quién hará que mis días sean menos largos? Quién curará mis heridas? Quién descubrirá mi magia? Quién apagará mi dolor? Quién encenderá la luz dentro de mi? Quién llenará de amor a mi corazón? Quién me acompañará al otro lado de la cama? Quién se posará sobre mis rodillas? Quien me llenará de besos cuando la soledad quiera apoderarse de mi? Quién va hacer magia con sus manos sobre mi cuerpo? Quien va a quererme soportar? Quien me dará los besos de buenos días? Quién... Tantos quién en medio de tanta soledad, buscando tu cuerpo tocando el vacío al despertar, sin tenerte. Buscando ese alguien que rellené ese vacío ese hueco de la cama, ese hueco en mi ese hueco que tu dejaste, apagando cada luz en mi apagando mi luz, mi magia y aquello que me hacía destellar estando a tu lado. Cuánto tiempo ha pasado después de que te fueras?
cada cicatriz en tu corazón te enseña el camino, para volver a ser tú mismo/a
Mi cicatrices aquellas que un día me dolieron, mis cicatrices aquellas que se quedaron tatuadas en mi corazón, mis cicatrices las que tu un día sellaste con tus besos, para que no se volvieran abrir nunca más. Mis cicatrices las que encerré en un cajón para no volverlas a recordarlas más, mi cicatrices las que me hicieron crecer, las que me ayudaron a seguir, mis cicatrices las que cuenta una historia, mis cicatrices cada una con su fuerza y su magnitud, mis cicatrices aquellas que recorrieron corazones que volaron a otras mentes a otros corazones.
Hoy es una de esas noches en que en su aire tiene algo especial. Hoy es mi noche, espero que la recuerdes cómo otras tantas te hice soñar, espero que me eches de menos cómo yo te he echado a ti. Retrocediendo en el tiempo, en el aire del olvido recuerdo cuando caminábamos por las calles de Barcelona, cuando las luces de los coche hacían que ese momento tan especial fuera tan bonito, estaba todo tan en calma. Y nuestras manos estaban tan juntas...
Me da pena caminar sola por la granvia, me da pena que nuestras manos ya no se busquen, me da pena subir a un vagón sin tenerte al lado y que mi corazón se aceleré por momentos como cuando estabas. Me da pena notar que necesito coger otras manos para sentirme protegida en esta ciudad que es tan grande. Me da pena que ya no se pare el tiempo, me da pena caminar por una estación de tren sola. Me da pena que las calles estén frías, me da pena que cada uno haya hecho su vida me da pena que nuestras pieles no se encuentren ni se fundan nunca más en la cama. Me da pena que ya no acaricies mi pelo cuando me quedo dormida en tu hombro, me da pena que no acaricies mis labios, me da pena que no los mires muriéndote las ganas de besarlos.
Recuérdame en el viento, recuérdame cuando le hagas reír, recuérdame cuando le regales ramos de rosas, recuérdame cuando la vayas a buscar en coche, recuérdame cuando la esperes en su portal. Recuérdame en tu silencio, recuérdame cuando veas bailar a las hojas de los arboles, recuérdame cuando no puedas dormir, recuérdame en el vació del asiento detrás del coche. Recuérdame cuando desayunes con ella, recuérdame en tu desesperación, recuérdame en tus lagrimas. Recuérdame en la lluvia, en el vació del parque de aquel barrio. Recuérdame cuando ya no tengas otros ojos a los que mirar, recuérdame con mi magia, recuerda mi mirada, esa que por la noche brillaba.
Regreso a diciembre todo el tiempo, regreso al frío y a la oscuridad. Debí saber sabido lo que estaba pasando aún cuando creía que eras mío. No debí haberme marchado, no debí dejarte solo, no debí buscar culpables. Tienes la guardia alta y yo sé porqué, porque la ultima vez que nos vimos sigue grabado en mi mente tu me diste rosas y yo las deje morir, y aquí me tienes escribiéndote una vez más tragándome mi orgullo enfrente de ti, diciéndote lo siento por aquella noche y regreso a diciembre todo el tiempo.
Olvida mis declaraciones de amor que yo escribí estando contigo, olvida las promesas que te hice, olvida las palabras bonitas susurradas a tu oído. Olvida mi amor, olvida mi magia, mi cuerpo y mi alma. Olvida todo lo que daba por ti. Olvida mis manos, olvida mi voz, olvida nuestra ropa besando suavemente el suelo, olvida mi mirada, olvida mis palabras sinceras. Ya no escribiré más declaraciones de amor para ti, aunque confieso que tengo unas cuantas de cuando creía que me hacías soñar... Olvida mi aroma, olvida mi pelo, mis labios, mi boca. Ya no hay más botellas de vino en mi balcón ni he vuelto a tomar vino con nadie más, las he dejado en el cajón acumulando polvo por si algún día me decido a tomar una copa con alguien a quien le gusten mis palabras... El vino para mi es especial igual que el café es para rencontrarse olvidar los errores, y empezar de nuevo para mi el vino es volver a creer en aquello bonito de la vida.