Sobrellevo este frío que me deja tu ausencia en el corazón. Guardo dentro de mi cada gesto, cada palabra, cada sonrisa que despertaba y daba luz a mi alma. Llevo los bolsillos vacíos, y la mente desordenada de tanto albergar sueños. Sueños que han quedado en el olvido, sueños que no han empezado, sueños que han terminado por romperse porque todos los quise cumplir contigo. Un invierno sin ti es como una fisura que cala dentro y duele, es como la herida que no deja de sangrar después de la cicatriz. Sobrellevo esta soledad de tus te quieros tan vacíos y rotos. Mis manos se han quedado mudas y están cansadas de escribirte. Sobrellevo no perderme en las pequeñas calles de tus ojos café, que me mantenían tan despierta cada noche. Un invierno sin ti es la ausencia de tu risa en mi oreja, esa sonrisa que nublaba mi ser cayendo profundamente en tus labios. Un invierno sin ti es la sombra que queda de tu cuerpo en mi pared de mi habitación, es la huida y la entrada a mi mente. Un invierno sin ti es desordenarme los recuerdos cómo si fueran cajones que se desordenan al guardar algo que pesa tanto. Un invierno sin ti son los trozos de cualquier verso sin terminar, por miedo a que no fueras verdad. Un invierno sin ti es cómo una casa vacía y en sus paredes siguen destellando el recuerdo... Un invierno sin ti es como una canción sin sonido y sin voz, un invierno sin ti es como los ecos de un baile sin pasos, cómo una guitarra sin cuerdas que se ha quedado en silencio. Un invierno sin ti es cómo los instrumentos de viento por mucho que soples sólo sonará tu risa apagada en mi corazón. Un invierno sin ti son estás letras que ya no tienen fuerza, para entrar en tu corazón y quedarse allí a vivir. Un invierno sin ti es como perderse entre un negro y blanco y no encontrarte en sus matices. Mi luz se ha cansado de alumbrar las calles de tus ojos, y lo peor es que vives a oscuras, porque mis ojos ya no iluminan tus calles... Un invierno sin ti es como el aire fresco que me abraza fuerte y bonito para que empiece de nuevo.