Recuerdo aquel 5 de agosto por la noche, tu y yo en el balcón y dos copas de vino mientras abríamos nuestro corazón. Hacía calor, ya no me acuerdo si era, porque habíamos bebido demasiado o es que era el clima. Me cogiste de la cintura, y me dijiste que si un día nuestra relación terminará que mirará el sol que tu siempre estarías conmigo a través de él. Recuerdo que me propusiste algo mágico, algo que hizo que saltaran lagrimas de emoción.

Me guarde cada palabra que me decías al oído todas las noches y todavía siguen  resonando en mi cabeza..  Si das por perdido esto, prometo irme antes que llegue el olvido. Recuerdas cuando estábamos en la cama y jugábamos a pensar que sería de nosotros en un futuro, donde nos gustaría vivir, la casa que tendríamos, cuantos hijos tendríamos... Lo recuerdo todo muy bien porque yo estaba allí. Soñábamos con tener una casa al lado del mar, de esas que sacas un pie y tocas la arena de la playa, con palmeras para poner una hamaca  y con muchos niños correteando a nuestro alrededor, lo dijiste tú que lo importante no era la casa que tendríamos, ni los niños ni esa hamaca colgada de dos arboles, si no lo importante era ser feliz y que nos tuvieramos el uno al otro. Recuerdo aquel corazón que dibujaste con tus dedos en mi espalda, mientras se me ponían los pelos de punta. La tardes de  verano que jugábamos a juegos de mesa, o esa vez que me hacía la dormida solo para que me despertarás a cosquillas. Recuerdo cuando nos levantábamos a las tantas de la noche y atracábamos la nevera, como si no hubiéramos comido en años... O cuando cogíamos la nocilla con los dedos, y me manchaste la nariz con ella. Recuerdos que hoy solo se han quedado en el olvido.

Con amor,

M♥