Que no me encuentro a mi misma, que todas esas ilusiones, todo ese dolor, despareció en un momento cuando era lo que me hacia sentirme viva. Noches de suspiros, de pensar en que estarás haciendo en cada momento, de mirar en el techo fijo de mi habitación y preguntarme porque mi cabeza no te saca de ella, cuando mi corazón ya lo hizo, porque mi boca no deja de pronunciar tu nombre cuando tiene un momento. Es difícil asumir que el dolor es el único que puede hacer que te sientas vivo. Me quedaron muchas cosas más por meter en esa caja, nuestras conversaciones, tus mentiras, tus lo juro, tus medias verdades, tus palabras, el orgullo. Todas esas cosas que me aferraban a ti, y que me las guardaba para mi para que mi corazón volviera a recordarte una vez más. Hace tiempo que deje de ser la que era, que no encuentro mi lugar, que ya no siento como late mi corazón, que noto un vació, y ahora sé porque lo tengo. Porque tu te llevaste, todo lo que había dentro de ese hueco. Te llevaste mis ilusiones, mi cariño, mis sensaciones, mi forma de ver la vida, mi amor hacía las personas que me quieren, mis pensamientos. Y ahora vives tu dentro de ese hueco tan vació y no dejas de dar vueltas por el. Es triste, pero es la verdad. En las noches de verano, es cuando más intento buscarme, y no me encuentro. No encuentro nada de lo que antes ya tenía. Y sé que todo está ya perdido, que ya no tengo ganas de seguir buscándome, ni de encontrar lo que tenía. Enhorabuena por crear tu propio mundo dentro de mi. Cierro la caja, mientras tu guardas la llave.